Náufragos en “LA FUENTE EN LA CASA DEL CUENTO“ por Yasnaya Guibert, periodista cubana, Feria del Libro de la Habana, 2002, La Fuente en la casa del cuento, Colección Narrativa/ Editorial Extramuros

Náufragos en

“LA FUENTE

EN LA CASA DEL CUENTO“

por Yasnaya Guibert, periodista cubana,

Feria del Libro de la Habana, 2002,

La Fuente en la casa del cuento,

Colección Narrativa/ Editorial Extramuros

Provocación podría ser la palabra que ronda “La Fuente en la casa del cuento”. Leer esta selección de viñetas-cuentos de Elvira Rodríguez Puerto es abandonar la mente a un torrente de preguntas, donde solo se evidencia una respuesta: provocación. Y no es mero capricho la reiteración del sustantivo. Elvira es libre, y quiere acercarte a su poesía hecha prosa. Sus protagonistas gesticulan desde sitios como el país A, o transitan por Bquilla, inventan verbos y sustantivos y “aman” la fetidez de un corral. En sus relatos estamos cerca de lo grotesco, a veces con un tono hilarante. Reflexionamos en torno a lo que somos y negamos por temor, prejuicios u otras sutilezas mutiladoras.

En su libro es todo un misterio La Fuente. Sitio de encuentros y sueños postergados. Es una especie de símbolo mutante que aparece en cada relato. Este recurso simbólico nos permite decenas de interpretaciones. ¿Acaso la Fuente es el lugar de nuestra infancia? ¿Tal vez el hueco en el camino que evitamos cada mañana? ¿El mejor espacio para estar solos?

La obra es ingenuamente postmoderna: constantes llamados de atención a frases, sintagmas, artículos. Son como ventanas abiertas a la emotividad de la escritora. Otras veces nos asomamos a escenas cotidianas, fotos de sugerente composición. Y es que Elvira es poeta, en discordia y búsqueda.

“La Fuente en la casa del cuento”, publicada por Ediciones Extramuros, del Centro del Libro de Ciudad de la Habana, es el resultado de una beca en Alemania, otorgada por la institución Kulturreferat der Landeshaupstadt München; sin embargo, en sus cuentos el agua nunca es nieve, sino la cálida gota de Cuba. Una gota que crece y nos hace naufragar en medio de la duda y el placentero desconcierto ante cada página.